Masivas erupciones volcánicas, al quemar la gran cantidad de carbón que había en la Tierra, extendieron una capa de cenizas abrasadoras por todo el planeta, convirtiéndolo en un brasero gigantesco. Este fenómeno aceleró la emisión de gases con efecto invernadero, lo que está detrás de la gran extinción que tuvo lugar hace 250 millones de años.
Fue la llamada Gran Mortandad del Pérmico, cuando desaparecieron el 90% de las especies marinas y el 70% de las terrestres debido a un gran calentamiento global.
Hasta ahora, los científicos manejaban varias teorías sobre las causas de esta hecatombe biológica, desde el impacto de un meteorito (como el que más tarde acabaría con los dinosaurios) hasta la explosión de una supernova o la liberación de hidratos de metano hasta entonces fijos en el fondo de los océanos.
Rocas encontradas hace unos años en Siberia indicaban que también había habido una gran actividad volcánica en los millones de años que duró la extinción, pero no había pruebas de su relación con el cambio climático que provocó la desaparición de especies.
Ha sido un grupo de investigadores de la Universidad de Calgary (Canadá), dirigidos por Stephen Grasby, quienes han descubierto capas de ceniza de carbón en unas rocas, en el norte de Canada, que proceden de aquel momento. "Esta es la primera investigación que ha encontrado evidencias directas de que hubo erupciones volcánicas masivas que causaron una masiva combustión de carbón, generando un enorme volumen de gases con efecto invernadero", afirma Grasby, quien publica sus resultados en 'Nature Geoscience'.